Monday, July 04, 2011

CUENTO EROTICO:

Por donde empiezo, desde hace algunos días he tenido las ganas de contarles algo que me sucedió hace tiempo un poco más joven, un poco menos precavido y miedoso de lo que soy ahora, y pues creo es el momento de hacerlo .

Hace unos 9 años unos amigos y yo tomamos un viaje a León Guanajuato, parte diversión y parte del trabajo, si eres Maestro de algún idioma me entenderás que los simposios o retiros que a veces organizaban las escuelas o los Institutos eran increíbles, porque si te ponías bien trucha (listo) a veces era un buen lugar para que pudiera suceder algo que contar después...como me sucedió a mí.
No recuerdo bien si fuimos directamente al salón donde iba a ser la conferencia inicial nuestra o si llegamos primero al registro del hotel, tal vez no recuerdo porque una: La Conferencia era en el mismo hotel y la segunda: porque andaba preocupado por mi credencial de IFE que se me había perdido, bueno eso pensé en ese momento, después sabría que no la había perdido.

Ya eran como las 2 y como siempre ando de ofrecido, iba a un Oxxo a comprarme unos cheetos y pregunté si alguien quería algo más, que jalada a la hora de la hora de ir por unos pinches miseros cheetos acabe yendo con una orden de 4 hochos, 4 bolsas de sabritas y 7 latas de refresco, pero creo que a eso le debo el mejor encuentro casual que he tenido en la vida. ¡Que porque lo cuento ahora?
¿Que si quiero presumirlo?. Creo que en parte sí, bueno sigo con mi relato, ya de regreso y con 10 pesos menos porque lo que me habían dado no me alcanzo para completar, de regreso para malas se me había abierto una de las bolsas de plástico que llevaba, ya en la puerta principal con una bolsa medio rota y dos latas en el suelo, me sucedió algo increíble, de la nada apareció una de las chavas más hermosas que he visto, todavía recuerdo como si fuese ayer, ojos verdes olivo, piel apiñonada, con cara cuadrada, cabello castaño corto y pecas tanto en sus cachetes como en su torso descubierto y a medio cubrir por una top rosa y unos shorts tipo safari, la verdad no era voluptuosa más bien era como la típica deportista y atlética , casi nada de pecho pero la verdad con esa sonrisa y esa mirada que se cargaba lo de menos era eso. Me ayudó a cargar parte de las cosas (dos latas y dos bolsas) que yo no podía mientras me preguntaba mi nombre y yo le preguntaba el suyo y el lugar de origen, todas esas cosas ñoñas que uno pregunta cuando esta con ese sentimiento entre calor y rubor que no te hace pensar bien por el movimiento que hace la sangre al recorrer todas las partes del cuerpo que tiene que recorrer.
Ya te imaginaras que todo ese día nos sonreíamos en todos los lados que nos veíamos, y creo que hasta tenía harto ya mis amigos que me decían que me aplicara que platicara con ella o que hiciera algo porque ya estaban cansados de ver solo miradas en los pasillos y en los talleres a los que estábamos inscritos y coincidía con ella.


Ya entradas las 6 de la tarde a unos 10 minutos para que empezara un taller al cual quería atender creo que eran phonetics (siempre se me ha hecho difícil entender ciertos sonidos y sus símbolos) y me fui a mi cuarto para cambiarme una playera por una camisa, me paro enfrente del elevador más próximo y cual es mi sorpresa escuchar unas pisadas rápidas cerca de mí (quien me conoce bien sabe que si me chiflan o si me hacen el sonido “tssss” “tsss”, no volteo, la neta me siento como perro cuando me hacen esos sonidos, bueno que escucho un silbido cerca de mi oído, mi primera reacción como siempre es la de no voltear, cual seria mi sorpresa que era la chava de los ojos verdes que estaba ahora enfrente de mi el elevador abres sus puertas y ella con una sonrisa de malicia me toma una de las manos, me la abre y mete algo dentro de la misma mientras besa mis labios y casi antes de que pudiera reaccionar o responder el beso me muerde el labio inferior y vuelve a sonreír.
-¡Sube, te espero en mi cuarto...Ahora!- Me dice mientras se mete al elevador, caray nunca me había pasado algo así y ni tuve tiempo de reaccionar. Mire a mi puño cerrado y cuando lo abro es un papel que tenía escrito -Cuarto 546, piso 5-

Soy tan menso, parte mis casi 9 años de ir a una escuela católica, que por un momento estuve en el estúpido predicamento de decidir si ir o no ir, que me envalentono y aprieto el botón del elevador.
Mientras subía los pisos el elevador yo estaba con esa energía que te recorre el cuerpo entre emoción y nervio, llego al quinto piso y comienzo a buscar en la numeración el número 546, cuando por fin lo encuentro, por una ultima vez dude pero me dije a mi mismo -¡Ala chingada, que suceda lo que tenga que suceder!

Por fin tomo la perilla de a puerta y cuando la abro...

Querido lector para que sirva este ejercicio literario, necesito de tu complicidad y es vital que pongas play a la canción que esta aquí, mientras continuo el relato.




En el momento en que abro la puerta, lo primero que veo es a Ella, de pie cerca de la cama, con su top rosada, descalza y nada abajo (yo no se porque uno como hombre ese tipo de imagen, hace que la parte animal y primitiva de uno salga). Creo que le divertía de sobremanera el como me quedaba viendo a esa parte desnuda mientras sentía que mi cara se ponía roja y se nublaba con ese tipo de embriaguez , se acerco con una carcajada maliciosa y comenzó a frotar su cuerpo contra el mío mientras me arrinconaba hacia el muro que se encontraba cerca de la cama, mientras sentía como sus manos se metían en mis pantalones, y sentía esas uñas que apretaban y soltaban, yo estaba hasta cierto punto molestándome porque me decía -¡Por una puta vez, aprieta bien o abre el ziper!-. No recuerdo muy bien pero en dos movimientos ya estábamos sobre la cama.
Entre más veía mi cara más lento lo hacía ahora sus manos ya no estaban buscando en mis pantalones sino afuera de ellos, apretaba y deslizaba mientras, con una mirada hacía que ahora yo buscara por debajo de su top, entendío de inmediato la posición y ahora estaba a un lado mío y darme un poco de espacio para poder buscar por debajo de su top, normalmente ya en ese momento se agudizan ciertos sentidos y en mi caso es el olfativo, su olor como a jazmín que empezaba a mezclarse con el sudor mutuo. Que pena con el tiempo saber las cosas tontas que uno no sabe, pero en vez de acariciar alrededor de sus pechos y frotar delicadamente la aureola, desde el comienzo me dedique a tomar fuertemente sus pechos y a frotar y pellizcar los pezones, pero en vez de quejarse creo que la excitaba, porque de inmediato cambio posición y ahora estaba sobre mí, mientras me quitaba la playera y se quitaba al mismo tiempo su top, solo veía como sus pechos pequeños pero bien formados se encontraban con las marcas rojas de mis manos, apretó mis manos y las puso sobre sus caderas y por inercia baje mis manos a sus nalgas y por instinto ambos empezamos a besarnos de esa forma brutal donde no te importa el golpe de dientes y donde estas saboreando la saliva mezclada. Cuando de repente volteo a mi derecha, estaba la puerta abierta y una chava ahí observándonos, no se desde hacia cuanto tiempo estaba ella ahí parada, creo que en ese momento me acobarde y trate de mover a la chava, pero ella enrojecida y excitada me empuja de nuevo a mi sitio inicial mientras me decía al oído -¡Cabrón,Deja que vea, tu muérdeme los labios!-
No pude cerrar los ojos traté de pensar en otra cosa mientas ya estaba dentro de ella que simplemente empezaba a gemir, pero no un gemido fuerte sino gutural y tan cerca de mis oídos, no podía quitar de mi vista a la otra chava que solo observaba, cada gemido era más entrecortado y con suspiros e iba al ritmo de ambos, tuve que cerrar los ojos para disfrutar ese sonido que salía de su garganta y su calor interno y húmedo.

En ese momento escucho un golpe en seco en mi cabeza y sentí como un chorro de liquido caía de mi frente a mi pecho, me sentí perdido y como pude trate de reaccionar, cuando abro por fin los ojos veo que estoy en el autobús rumbo a mi trabajo, que solo me había dado un golpe en la cabeza contra el vidrio lateral y que el liquido que sentí fue solamente agua que se había metido por una de las ventanillas superiores, mientras de fondo una tarde gris lluviosa y una canción de Los Black Keys.



1,-Probar como la música realmente te cambia el modo de contar una historia en tu cabeza.
2,-Probar que realmente las canciones de The Black Keys son buenas para el sexo (cosa que me falta probar y comprobar en vivo :) ).
3,-Si has llegado hasta aquí es porque tambien en el fondo tienes ese lodo y cochambre en la cabeza. :)

Nota aclaratoria: este ejercicio no es mío, no es de mi originalidad original, vi este formato en una página y quise hacer mi propia versión y ver como reacciona la gente. A mi me encantó.

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